Por: María Paola Sierra
C.
¡Parece un zombie, está es muerto en vida!
Ultima frase calificativa con la que se refirieron a mis
paisanos samarios, sin mencionar los muchos antes escuchados.
Es doloroso ver la reacción de muchísimos samarios, frente a distintos procesos que está llevando a cabo la Administración Distrital y Concejo Distrital.
A algunos samarios, no les importa, no les interesa, lo mismo da.
Es doloroso ver la reacción de muchísimos samarios, frente a distintos procesos que está llevando a cabo la Administración Distrital y Concejo Distrital.
A algunos samarios, no les importa, no les interesa, lo mismo da.
La indiferencia es la madre de toda actitud pasiva y
adormecida en el ser humano, cuando algo no impacta, cuando algo no duele, simplemente cuando no importa, se es indiferente y que pase lo que tenga que
pasar, lo que traerá como consecuencia la toma del mando de aquel que está como 'león rugiente buscando a quien devorar'.
Los "muertos vivientes" son aquellos que aunque vivos, califican más a la condición de un muerto, no habla, no expresa lo que piensa, no
refuta lo que no está en el orden adecuado y lo peor de todo, no le importa nada de lo que sucede porque su frase
bandera es la siguiente: “Uno no puede hacer nada, que lo hagan ellos”.
Literalmente un estado de "zombie", no se toman el tiempo de analizar los
procesos que están manejando quienes por el momento tienen el poder, no les
importa que su 'platica' la está administrando un grupo de personas que
determinarán a donde va a destinarse, no se toma el tiempo de considerar el atraso del cual está siendo víctima y que
las muchas promesas no llegan aún a parir hechos, en consecuencia, si uno sólo no se pellizca y
entiende que sí marca la diferencia, nadie más lo va a hacer por él.
El 70% de la población en general, está formada por jóvenes aptos para
aplicar su derecho al voto, pero ¿Qué encuentra uno cuando se mueven las elecciones políticas y huele a nuevo candidato? – Preguntar por quién votó y por qué –
respuestas obtenidas “no, no voté”, “no, se me olvidó”, o peor aún, “todos los
políticos son iguales, por eso yo no voto”.
Duele escuchar eso de jóvenes como yo, que su indiferencia puede más que el deseo de buscar una inclusión notoria en los procesos políticos y administrativos en la ciudad, duele ver que aún no logren muchos entender que uno sólo, SÍ puede hacer la diferencia con su voto.
Duele escuchar eso de jóvenes como yo, que su indiferencia puede más que el deseo de buscar una inclusión notoria en los procesos políticos y administrativos en la ciudad, duele ver que aún no logren muchos entender que uno sólo, SÍ puede hacer la diferencia con su voto.
Para nadie es un secreto que existe la corrupción en el
Estado Colombiano, pero ¿qué es peor?, dejar que unos cuantos aventajados sigan
abusando y haciendo lo que quieren con los recursos de la ciudadanía en general,
o, pararnos firmes, con una conciencia entendida de que somos quienes podemos
frenar muchos abusos de los cuales estamos siendo víctimas por permanecer
dormidos o “muertos en vida” y aplicar la condición democrática que nos cobija,
sin excusas de que somos muy jóvenes, sin excusas de que no vamos a poder ser
escuchados, sin temor a que nos puedan callar la boca de la forma más cobarde
que hemos conocido (matando a quienes se levantan en oposición) y aseverar con acciones que nos duele Santa Marta, que la culpa no sólo es de aquellos que están
en la administración, sino que también seremos culpables quienes no hacemos
nada para evitar tantos abusos y tanta corrupción.
Piensa por un momento y no olvides que en la unión está la
fuerza, efectivamente, uno sólo no podrá hacer nada, pero la indiferencia es la
peor de todas las sarnas que aislan al hombre del puesto que le corresponde, la cual pretenderá siempre callar las bocas y llevarnos a un estado de zombie.
Levántate ya samario, es hora de buscar la inclusión y no
más indiferencia.